La vida nos impone una pausa…
Tomémosla como una oportunidad para humanizarnos más, para comprender que estamos interconectados.
Estamos atravesando una situación que nos afecta a todos. Es por esa razón que la solución también está en manos de todos.
Apelamos a vuestra solidaridad y empatía para aportar ese grano de arena que será clave en la contención de esta pandemia que golpea a tantos países del mundo.
En estos días se han visto las calles descongestionadas de tráfico y eso es una muestra de que de a poco vamos tomando conciencia de lo importante que es la acción de cada uno de nosotros. Importante para cuidarse uno mismo y para cuidar el prójimo, porque esta es una batalla conjunta, es un trabajo en equipo, quizás uno de los trabajos más difíciles que nos haya tocado como equipo.
El principal enemigo no es el virus sino el miedo y las conductas egoístas.
¿Cómo mitigamos el temor? Generando pensamientos positivos, creyendo y confiando en que si hacemos todo lo que está a nuestro alcance podremos minimizar los daños. Pero hay que tener claro que cada uno debe hacer su parte.
Los pensamientos son energía y por tanto vibran en determinadas frecuencias. Planteémonos el desafío de evitar hablar constantemente del tema, compartamos otro tipo de charlas, mantengamos una cuota de humor porque la risa es salud. Pensemos en cuidar a nuestra población de adultos mayores no solamente desde el aislamiento sino también desde los pensamientos, las emociones que transmitimos y cada pequeña acción.
Seamos conscientes de que detrás de esta crisis hay un aprendizaje. No nos perdamos eso. Estemos atentos. La pandemia nos obliga hoy a distanciarnos físicamente pero debería ser una oportunidad para acercarnos emocionalmente y cuidar unos de otros.
Mag. Carolina Aita
Magíster en Educación
Coach personal y ejecutivo.
